La primera fue una pequeña ruta de orientación. Las carreras de orientación consisten en un recorrido, normalmente en un ambiente en la naturaleza, en las que se debe utilizar una brújula y un mapa, y se debe ir pasando por todos los puntos.
Para orientarnos, tenemos que colocarnos mirando siempre al norte, que lo indica la parte roja de la aguja de la brújula. Después, con el limbo móvil tenemos que girarlo hasta que la marca de éste esté encima de los grados hacia donde queremos ir. Después, colocamos la aguja imantada sobre la flecha roja doble, y seguimos la dirección que nos marque la flecha azul o negra (depende del modelo).
En un principio, pensamos que el ejercicio iba a ser con un mapa, pero al final fue sólo con rumbos (que marcaban los grados que teníamos que seguir) y con referencias físicas, como árboles, casas, puentes o carreteras, en las que debíamos parar y seguir otro camino distinto. Así fue como nos conseguimos orientar (¡y no perdernos!) por la Casa de Campo de Madrid.
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La otra actividad que realizamos fue la de piragüismo. Un poco peligrosa, ya que ese día hacía mucho viento y frío, y nuestra estabilidad en el agua se vio un tanto ''resentida''. Incluso hubo gente que se pegó un buen chapuzón.
El monitor nos enseñó primero a palear, y los nombres de las partes del kayak y la pala. Nos enseñó a colocar las manos en la pala, con un sencillo truco, y a remar hacia delante y a girar. Después, nos metimos directos al agua e hicimos un pequeño recorrido.
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